
En medio de la incertidumbre y con temor a perder la confianza construida en años, los afiliados del Seguro Campesino de Churoloma se reunieron esta semana para exigir que las autoridades cumplieran su palabra: no mover a los médicos que durante años atendieron sus dolencias.
El reclamo de palabra incumplida
Guido Villamarín, presidente del Seguro Campesino de Churoloma, encabezó el pedido. Explicó que el director provincial les había asegurado que no enviarían reemplazos durante las vacaciones médicas. Sin embargo, de un día para otro, recibieron un comunicado que anunciaba cambios en el personal. “Pedimos que se cumpla la palabra. No pedimos reemplazo, pero no nos enviaron médico en un mes”, expresó Villamarín.
Durante ese tiempo, los pacientes —en su mayoría adultos mayores— no encontraron atención médica en el dispensario. “Hubo casos críticos que debieron ser tratados fuera porque no había médico”, narró Yolanda Toapanta, una de las afiliadas.

Ocho años de confianza
Las voces coincidieron en un clamor común: conservar a los doctores que durante ocho años ganaron su confianza. “Son médicos de vocación, han sacrificado hasta su hora de almuerzo por atendernos”, recordó Dora Fernández, otra afiliada, quien aseguró que gracias a ellos su hijo superó una enfermedad dental que no pudo tratar en otro lado.
Villamarín también reconoció que la falta de medicinas no es un problema local sino nacional, pero destacó la autogestión que han realizado para abastecerse.
Más que médicos, son aliados
Testimonios como el de otro miembro afiliado, quien agradeció al doctor Juan Mangate por salvar la salud de su hija, reforzaron el pedido de toda la comunidad: no permitir que cambien a quienes ya conocen sus casos y tratamientos.
“Queremos seguir adelante con nuestros médicos, que han puesto el hombro y la vocación por nosotros”, concluyó Villamarín, reiterando el llamado a las autoridades provinciales para que se ratifiquen en su compromiso.





