
Camioneta Robada en Latacunga, el chofer fue abandonado en la parroquia de Panzaleo
Panzaleo, en el cantón Salcedo, atraviesa momentos complejos en materia de seguridad. El aumento de hechos delictivos, como el abandono de cuerpos en la zona, ha encendido las alarmas. Al ser una parroquia de paso, su territorio se ha convertido en punto estratégico para actividades ilícitas. Ante esta realidad, la comunidad ha decidido organizarse y asumir la seguridad como una tarea colectiva.
Comité de Seguridad Parroquial: el eje de la resistencia ciudadana
El Comité de Seguridad Parroquial lidera las acciones para proteger a los moradores. Integrado por representantes de barrios y comunidades, ha implementado medidas como la creación de puntos de cierre de emergencia, usando materiales reciclados para bloquear las vías cuando sea necesario. Varias comunidades, como Curiquín y Lampatachazqui, ya han puesto en marcha esta estrategia, demostrando que el compromiso comunitario puede marcar la diferencia.
Tecnología al servicio de la seguridad comunitaria
La parroquia cuenta con 30 cámaras de vigilancia distribuidas en puntos estratégicos, lo que ha permitido identificar vehículos y personas sospechosas. Sin embargo, el monitoreo constante es un reto. “Con un personal encargado de vigilar las cámaras, podríamos prevenir muchos hechos delictivos”, comenta Juan Carlos Balseca, presidente del Gobierno Parroquial. Pese a la falta de recursos humanos, los moradores coordinan la vigilancia y responden rápidamente a cualquier alerta.
La urgencia de mayor apoyo institucional
La comunidad ha solicitado en varias ocasiones la colaboración de la Policía Nacional para reforzar la vigilancia y reaccionar ante las alertas. Sin embargo, las respuestas han sido limitadas. A pesar de esto, Panzaleo no se da por vencida. El próximo martes, el Comité de Seguridad convocará a una reunión abierta para definir nuevas estrategias y buscar el compromiso de todas las autoridades competentes. “Debemos estar más organizados y no esperar a que otros solucionen nuestros problemas. La seguridad empieza por nosotros mismos”, concluye Balseca.
