En Salcedo, un conflicto laboral entre la Asociación de Betuneros y el municipio ha encendido el debate sobre los derechos laborales y la justicia en la distribución de los puestos de trabajo. Los 19 socios de la asociación alzaron su voz para denunciar la intención de reubicar trabajadores y sumar más personas al oficio, lo que, aseguran, perjudica su ya limitada fuente de ingresos.
Karina Callahua, presidenta de la asociación, expresó su indignación por el trato que han recibido por parte del ingeniero José Chiluisa, funcionario del GAD municipal. “Nos trató mal y eso nos llevó a marchar. Exigimos respeto y dignidad. No es justo que ahora quieran reubicar personas cuando nosotros luchamos por sobrevivir con este trabajo”, afirmó.
Callahua destacó que su pedido de no incrementar más betuneros ha sido respetado por administraciones anteriores, pero ahora temen que este acuerdo sea ignorado. Además, criticó la reubicación de una trabajadora que, según ella, fue catastrada hace dos años pero nunca ocupó su lugar. “¿Cómo es justo que ahora aparezca y nos afecte? Exigimos explicaciones claras y soluciones”, declaró.
Por su parte, Renso Buri, director de Control de Servicios Públicos y Seguridad del GAD de Salcedo, reconoció la complejidad del problema, que involucra tanto temas laborales como culturales. “Es una asociación constituida legalmente, pero también enfrentan conflictos internos que debemos resolver con diálogo y consenso. Como salcedenses, nuestro compromiso es cuidar a nuestra gente”, señaló.
Sobre el uso del uniforme, Buri señaló que es parte de la normativa, pero se debe considerar la cultura y las tradiciones de los trabajadores. “Respetamos su identidad, pero también necesitamos cumplir con ciertos estándares que permitan un adecuado funcionamiento de la asociación”, comentó.
El conflicto sigue en debate, y tanto los betuneros como el municipio esperan llegar a acuerdos que permitan proteger el sustento de estos trabajadores sin vulnerar sus derechos ni tradiciones.