
El corazón agrícola de Ilimpucho
Leonidas Chuquitarco, morador del barrio Ilimpucho, caminaba entre las chacras con la satisfacción de quien ve florecer la esperanza, como cada año, su comunidad se preparó con esmero para ofrecer los ingredientes tradicionales de la fanesca: zapallo, zambo, choclo y granos tiernos. Sin embargo, esta vez la temporada vino acompañada de un desafío: una sequía prolongada que puso en duda la cosecha.
Un inicio complicado
“El tiempo seco nos afectó bastante”, explicó Chuquitarco. Durante las primeras semanas, las plantas mostraban poco crecimiento y los frutos eran escasos. A pesar de eso, los productores no se rindieron. “Luego vinieron las lluvias, y gracias a eso, el zapallo empezó a crecer más bonito, más huesito”.
Este es un espacio promocional. El contenido es elaborado por sus anunciantes y no refleja necesariamente la opinión de este medio.
Recuperación y esperanza
Con la mejora del clima, los cultivos comenzaron a mostrar signos de recuperación. Las huertas reverdecieron y los frutos maduraron a tiempo para las fechas clave. “Ya se puede ver que hay producto suficiente para la fanesca”, añadió con alivio.
Una tradición que persiste
Desde la loma hasta el pie del barrio, los vecinos también alistaron sus sembríos. La tradición no se detuvo. Según Chuquitarco, muchos comenzaban a cosechar justo antes del Domingo de Ramos, ya que esa es la feria tradicional en la que los compradores se acercan directamente a Ilimpucho a adquirir productos frescos.
Precios justos, productos nobles
Respecto a los costos, el productor fue enfático: “No vamos a exagerar el precio. Somos dueños, pero entendemos que este es un producto importante para todos”. La venta se hará con sentido de comunidad, como siempre.