
José Erazo, presidente de la junta, gestiona apoyo policial y aborda problemática del Country Club
En la comunidad de Rumipamba de las Rosas, los problemas de inseguridad siguen siendo una preocupación constante para los moradores, en un intento por buscar soluciones, José Erazo, presidente de la Junta Directiva de la urbanización, mantuvo una importante reunión con la Policía Nacional, específicamente con la teniente coronel Mayra Chacón, para exponer la situación crítica que vive el sector.
Reunión con la Policía Nacional
Erazo, preocupado por la creciente inseguridad que afecta a los vecinos de Rumipamba, solicitó a la Policía Nacional un aumento en la presencia de patrullajes y la asignación de más personal para vigilar la zona, durante la reunión, destacó que aunque se había establecido un «punto seguro» en el sector, este no siempre estaba operativo, lo que generaba incertidumbre y desconfianza entre los residentes. «Es fundamental que se mantenga un control constante en nuestra comunidad», dijo Erazo, quien también propuso que se intensifiquen las rondas de seguridad, dado que la urbanización es extensa y está alejada del centro de la ciudad.
Erazo no solo pidió mayor presencia policial, sino también un compromiso por parte de la Policía Nacional para garantizar que los operativos sean más frecuentes y efectivos. «Nosotros como comunidad hemos gestionado la instalación del punto seguro, pero necesitamos ver un uso real y constante de este», mencionó durante la conversación. A su vez, la teniente coronel Chacón se comprometió a enviar más operativos y personal para reforzar la seguridad en el área, asegurando que se atenderían las inquietudes planteadas por los moradores de Rumipamba.



El Country Club: Un foco de inseguridad
Un tema que también generó preocupación durante la reunión fue el estado del Country Club, un terreno abandonado que se ha convertido en un punto de conflicto en la comunidad. Según Erazo, el Country Club ha sido invadido en múltiples ocasiones por personas ajenas al sector, lo que ha generado situaciones de inseguridad. «Este lugar se ha convertido en un refugio para personas que realizan actividades ilícitas, y necesitamos que las autoridades tomen cartas en el asunto», comentó el presidente de la junta. Sin embargo, el problema radica en la falta de documentación sobre la propiedad del terreno. «No sabemos quién es el dueño, y por eso la Policía y el municipio no pueden intervenir legalmente. Es un vacío legal que está afectando a toda la comunidad», explicó Erazo.
El presidente de la junta instó a que, si el terreno realmente tiene dueño, este debería tomar responsabilidad sobre la situación o, en su defecto, que el municipio cierre el lugar para evitar que continúe siendo un foco de inseguridad. “Si el propietario no se hace cargo, debería ser el municipio el que intervenga para cerrar este lugar, ya que está afectando nuestra seguridad”, agregó Erazo. Además, subrayó que este es un problema que ha venido arrastrándose durante varios años y que ha sido gestionado por diversas directivas anteriores sin éxito. A pesar de ello, Erazo manifestó que la prioridad de la comunidad sigue siendo la seguridad, aunque la situación del Country Club sigue siendo un tema sin resolver.