La comunidad avanza con el respaldo de la fe y la solidaridad.
El barrio San Miguel de Yachil, en el cantón Salcedo, se prepara para un momento histórico: la construcción de su primera capilla. El terreno donde se levantará este espacio de culto fue donado por Juan Acosta, un morador reconocido por su compromiso con el desarrollo del sector.
Sandro Guanoluisa, presidente del barrio, destaca que tras años de gestión, el proyecto se encuentra en su etapa final de trámites legales. “Esta semana culminaremos la legalización del terreno y en pocos días colocaremos la primera piedra. Es un gran paso para nuestra comunidad”, comenta con entusiasmo.
El terreno, de 500 metros cuadrados, será el hogar de una capilla en honor al Príncipe San Miguel, figura venerada en la región por su relación con la fe y las cosechas. La comunidad ha respondido con apoyo incondicional, aportando donaciones económicas, materiales de construcción y recursos gestionados con autoridades locales.
Un proyecto que une fe y desarrollo
En San Miguel de Yachil, donde la agricultura es la base económica, la fe juega un rol vital. “Siempre hemos recibido la bendición del Príncipe San Miguel en forma de lluvias y cosechas. Ahora es tiempo de devolverle un homenaje”, afirma Guanoluisa.
El proyecto ha movilizado tanto a los habitantes actuales del barrio como a quienes, aunque residen fuera, sienten un fuerte vínculo con la comunidad. Una moradora que ahora vive en Quito donó $500, mientras que otros vecinos han contribuido con ladrillos, bloques y hasta hierro.
El respaldo del alcalde de Salcedo y la prefecta ha sido clave. Guanoluisa confía en que estas autoridades continúen apoyando la iniciativa, que representa no solo un avance espiritual, sino también un impulso para el desarrollo del barrio.
“Esto comenzó como un sueño, pero con fe, unidad y esfuerzo, lo estamos haciendo realidad. Esta capilla será el símbolo de nuestra fortaleza como comunidad”, concluye Guanoluisa.