Emprendimiento de vinos artesanales

Rosa de Faz, emprendedora de Molles del Cotopaxi, narró cómo surgió su negocio en plena pandemia, la necesidad de generar ingresos para su familia la llevó a iniciar este emprendimiento vinícola junto a su esposo, «nos quedamos sin trabajo y necesitábamos una fuente de ingresos, así que decidimos comenzar a producir vinos artesanales», explicó Rosa.

Trabajando en conjunto con su esposo, la pareja se embarcó en la elaboración de vinos de mora, mortiño, frutos rojos, fresa, tamarindo, piña, maracuyá y uva, ofrecen bebidas refrescantes de flor de Jamaica, licores macerados y cerveza artesanal, este variado portafolio de productos refleja la creatividad y dedicación que han puesto en su emprendimiento, buscando siempre aprovechar las riquezas naturales de la región.

El emprendimiento se encuentra en el barrio Rumipamba de la Universidad, en la vía a Latacunga, kilómetro 1.5, antes del Grupo Sur, “la idea nació de mi esposo, quien vio la oportunidad de utilizar las frutas que se usan para hacer helados en Salcedo y convertirlas en vinos», comentó Rosa, la mayoría de las frutas son adquiridas localmente de productores en Mulalillo y Santana, lo que no solo garantiza la frescura de los ingredientes, sino que también apoya la economía local.

Aunque no realizaron un estudio exhaustivo, Rosa y su esposo identificaron una oportunidad en el mercado local, donde no existían productores de vino en ese entonces, inspirados por un reconocido productor en la provincia de Cotopaxi, se animaron a seguir este camino, «hacer vino no es difícil, pero requiere tiempo para obtener un buen producto», añadió. La paciencia y el cuidado en cada etapa del proceso de elaboración son clave para garantizar la calidad de sus vinos.

El objetivo a largo plazo del emprendimiento es establecer una fábrica más grande y reconocida en la provincia, actualmente, Molles del Cotopaxi cuenta con registro sanitario y el sello, lo que les permite operar con todas las garantías de calidad y seguridad. Los precios de sus vinos varían entre $1.50 y $8, haciéndolos accesibles para el público y competitivos en el mercado.

Para adquirir los productos, los clientes pueden contactarlos a través de los teléfonos 0984098715 o 0987975846, y también en redes sociales como Facebook, TikTok e Instagram bajo el nombre Molles del Cotopaxista, estas plataformas no solo les permiten llegar a un público más amplio, sino que también les brindan la oportunidad de interactuar directamente con sus clientes.

Además, participan en ferias en distintos cantones de la provincia de Cotopaxi y han comenzado a distribuir sus productos en Quito y el Tena, estas ferias son una vitrina importante para Molles del Cotopaxi, permitiéndoles darse a conocer y establecer relaciones comerciales con otros emprendedores y potenciales distribuidores, «hemos recibido apoyo del municipio de Latacunga, que nos ha permitido participar en ferias y darnos a conocer», comentó Rosa, subrayando la importancia del respaldo institucional en el crecimiento de su negocio.

Rosa de Faz y su esposo han dialogado con autoridades locales para obtener apoyo en la promoción de su emprendimiento, este tipo de apoyo es crucial para pequeños emprendedores que, como Rosa y su esposo, buscan expandir su negocio y consolidar su presencia en el mercado. «La verdad que sí. Hemos tratado de conversar con lo que es la prefectura. Nos apoyan el municipio de Latacunga, que nos está apoyando con ferias donde podemos darnos a conocer», mencionó Rosa.

El camino del emprendimiento no ha estado exento de desafíos, la pandemia trajo consigo una serie de dificultades que Rosa y su esposo han tenido que superar con creatividad y determinación, la falta de trabajo inicial fue el catalizador para buscar alternativas y reinventarse, encontrando en el vino artesanal una oportunidad para salir adelante, su historia es un testimonio de resiliencia y una inspiración para otros emprendedores que enfrentan situaciones similares.

A largo plazo, Rosa y su esposo aspiran a tener una fábrica reconocida en la provincia, similar a otros productores exitosos en la región, «el objetivo a largo plazo es plantearnos ya en nuestra propia fábrica una grande que sea igual reconocida como hay en otros cantones de aquí de la provincia», señaló Rosa. Esta visión ambiciosa refleja su compromiso y determinación para seguir creciendo y consolidándose en el mercado.