Don Manuel Eduardo Villacis García, uno de los peluqueros que aun mantiene su oficio de peluquero
Según data la historia de los pueblos, los primeros barberos y peluqueros en Ecuador desempeñaron un papel importante en la sociedad colonial y posteriormente en la republicana, en la época colonial, la mayoría de estos profesionales eran españoles o descendientes de españoles y sus servicios eran principalmente para la élite social y la clase alta.
Durante el periodo republicano, la profesión de barbero y peluquero se expandió para atender a una gama más amplia de la población, incluidos los sectores medios y populares, los barberos no solo se encargaban de cortar el cabello y afeitar, sino que también realizaban sangrías y extracciones dentales, ya que en aquel entonces se creía que estas prácticas tenían propiedades curativas.
En cuanto a la evolución de la profesión en Ecuador, ha seguido las tendencias generales observadas en otros lugares, con la modernización de los servicios y la incorporación de nuevas técnicas y productos a lo largo del tiempo, en la actualidad, los barberos y peluqueros en Ecuador forman parte de una industria en constante evolución, con una amplia gama de servicios que van desde los cortes de cabello tradicionales hasta tratamientos más especializados, como barbería y estilismo de alta gama.
En el barrio San Antonio uno, en la parroquia de San Miguel de Salcedo, se encuentra un local donde encontramos a Don Manuel Eduardo Villacis García de profesión peluquero, en un diálogo, nos dice que más o menos cuando tenia 16 años de edad aprendió esa profesión, al momento tiene aproximadamente 55 años en esta profesión, cuenta que sus padres cuando termino la primaria, le hablaban de estudiar la secundaria, pero lo que el más anhelaba era aprender un oficio. Sus padres le decían, “una profesión como la zapatería, la carpintería, la peluquería y la mecánica, que eran las cuatro profesiones artesanas más que se podía llegar a una economía buena, por lo que escogí una de esas”, recuerda que le gustó limpiar zapatos, luego aprendió la peluquería donde don Luis Quispe, quien le enseño.
Comenta que la peluquería era un arte muy solicitado, “no había muchas peluquerías, pues todo era lleno los días de feria, al hablar de modelos, en este momento se han perdido lo más elemental que era el corte rebajado, el corte media melena, la melena, media melena y el corte cadete que era lo más populares, hoy la moda es de diferentes cortes”.
De igual manera en aquellos tiempos, dice que había muchos hombres en el corte de la barba, “en la rasurada donde había el bigote alemán, el bigote mosquito, el bigote dublas, el bigote dublas corto y de esos tenía muchos hombres”, piensa que perder esta profesión no, “hoy en día se ha modernizado con las carretas que ofrecen los centros de capacitaciones, la peluquería seguirá siendo importantes como otras profesiones”.
Las diferencias entre la peluquería antigua y la moderna son significativas y reflejan los avances tecnológicos, cambios en las preferencias estéticas y evolución de las técnicas de cuidado del cabello a lo largo del tiempo.
En la peluquería antigua, las herramientas y equipos eran más básicos y limitados en comparación con los modernos, por ejemplo, “las tijeras y navajas utilizadas para cortar el cabello eran más simples en diseño y menos precisas en su funcionamiento, en la peluquería moderna, se utilizan herramientas avanzadas como cortadoras eléctricas, maquinillas de afeitar de precisión, y secadores de cabello con tecnología avanzada”.
En la antigüedad, los productos utilizados en la peluquería eran principalmente naturales, “como aceites vegetales y extractos de plantas, los tratamientos eran más simples y se centraban en el mantenimiento básico del cabello, en la peluquería moderna, se utilizan una amplia variedad de productos químicos y tratamientos especializados para el cabello, incluyendo tintes, alisados, tratamientos de keratina, entre otros”.
Al salir lo dejamos con un cliente que llego para que le haga un corte de cabello.