Foto referencia Cusubamba: Comunidades buscan claridad sobre límites y protección ambiental en más de 1.000 hectáreas de páramo
El debate sobre la protección y el uso de los páramos ha resurgido en la provincia de Cotopaxi, especialmente en la comunidad de San Isidro, ubicada en los límites de los cantones Salcedo y Pujilí. Este territorio, con 1.071 hectáreas declaradas como Área de Protección Hídrica (APH), ha despertado controversias entre comuneros y autoridades, quienes discuten su jurisdicción y el manejo adecuado de los recursos naturales.
Alex Toapanta, presidente del MIC Cotopaxi, destaca la importancia de este espacio como una fuente vital de agua y oxígeno para la región y más allá. «No es un problema limítrofe, sino una preocupación ambiental. San Isidro ha sido pionera al declarar esta zona como área protegida, pero persisten diferencias internas. Algunos comuneros, como huasipungueros, aseguran ser propietarios del páramo», explica.
El conflicto también ha involucrado a las autoridades de ambos cantones. Según Toapanta, se han mantenido reuniones con el alcalde de Salcedo y su equipo técnico para definir el registro catastral de las tierras. Este proceso busca establecer con claridad si el territorio pertenece a Pujilí o a Salcedo, además de resolver cómo se gestionará la zona de protección hídrica.
Un recurso esencial para las comunidades
Mientras se realizan mesas técnicas para llegar a una resolución, los páramos continúan siendo utilizados como fuente de agua potable y de riego. «Es crucial lograr mayor legalidad en el uso del agua y en la conservación del páramo. Este recurso no solo beneficia a las comunidades cercanas, sino que tiene un impacto ambiental global», enfatiza Toapanta.
Las comunidades afectadas por esta situación incluyen sectores como San Isidro y Quichuar en Pujilí, así como Yacubamba, Yanahurco y otras localidades en Salcedo. Estos grupos dependen del agua proveniente de los páramos para sus actividades cotidianas, mientras que el territorio también actúa como un pulmón natural para Cotopaxi.
El desafío de los límites catastrales
Uno de los puntos clave en la discusión es que la escritura madre del territorio está registrada en Pujilí, lo que ha complicado el reconocimiento de su jurisdicción. «El registro catastral es facultativo; puede estar en Salcedo o en Pujilí. Lo que importa es lograr una solución que permita cuidar los páramos y garantizar el acceso al agua», comenta Toapanta.
Esta no es la primera vez que se presenta un conflicto similar. Las Termas de Aluchán, otro sector de Cotopaxi, enfrentaron problemas de delimitación y manejo ambiental, lo que subraya la necesidad de una política más clara y coordinada entre cantones.
Proyección ambiental y social
Además del uso local, los páramos cumplen una función vital en la oxigenación y el equilibrio ambiental de la región. Para Toapanta, esta es una causa que trasciende las disputas territoriales. «La conservación de estas áreas beneficia no solo a las comunidades vecinas, sino al mundo entero», asegura.
En los próximos días, las autoridades esperan tener una respuesta definitiva sobre el registro de estas tierras. Mientras tanto, los habitantes de San Isidro y otras comunidades permanecen atentos al desarrollo de las discusiones, con la esperanza de que se priorice tanto la protección ambiental como el bienestar de quienes dependen directamente de estos recursos.