Fieles celebran el nacimiento del Niño Dios en una madrugada de espiritualidad y esperanza.
Una tradición de fe que ilumina la madrugada navideña
El monasterio de Bellavista, ubicado en la serenidad de las montañas, fue escenario de una emotiva Misa de Gallo la madrugada del miércoles 25 de diciembre, en la que decenas de fieles católicos se reunieron para conmemorar el nacimiento del Niño Dios. A pesar del frío que marcó la madrugada, los asistentes llegaron en familia y con espíritu devoto para ser parte de una de las celebraciones religiosas más significativas del año.
Silencio, paz y espiritualidad: una misa llena de fervor
La ceremonia comenzó en un ambiente de absoluto silencio, en el que la atmósfera de paz que caracteriza al monasterio envolvió a los presentes. Al ser un lugar apartado, el monasterio ofreció a los fieles una experiencia única de conexión con lo divino, lejos del bullicio y las distracciones del mundo moderno. La misa fue dirigida por los monjes del monasterio, quienes ofrecieron un mensaje de esperanza y reflexión sobre el significado profundo del nacimiento de Jesús.
“El Niño Dios nació en un pesebre humilde, no en un palacio, y su mensaje de amor y salvación sigue vigente hoy más que nunca”, expresó uno de los monjes en su sermón. Los asistentes, con ojos atentos y corazones abiertos, siguieron cada palabra del sermón, absorbiendo el mensaje de fe, paz y renovación espiritual que se les ofreció en esta especial noche de Navidad.
La comunidad unida en la fe y el amor
Aunque la misa fue en su mayoría un acto solemne, la presencia de las familias, de amigos y de la comunidad unida, reforzó el espíritu de hermandad que se vive en estas fechas. Desde niños hasta adultos mayores participaron activamente en las oraciones y en los cantos, que llenaron de armonía el aire fresco de la madrugada. La luz de las velas encendidas por los asistentes representó la esperanza que la Navidad trae consigo: una luz que nunca se apaga, que sigue guiando a la humanidad a través de las dificultades.
Al finalizar la misa, los presentes se despidieron con abrazos y buenos deseos, con la satisfacción de haber celebrado el nacimiento del Salvador en un lugar tan especial. Sin prisas ni preocupaciones, se tomaron un momento para reflexionar sobre la paz que la Navidad trae consigo, y cómo este mensaje debe permanecer en los corazones todo el año.
Una Navidad vivida con profundo recogimiento
Para muchos, la Misa de Gallo en el Monasterio de Bellavista no solo fue una tradición religiosa, sino una oportunidad de renovar su fe y de acercarse a Dios en un espacio de recogimiento. La calidez humana, la conexión espiritual y el ambiente único de la misa dejaron una huella profunda en los asistentes, quienes agradecieron haber vivido una experiencia tan única en esta Navidad.
Este evento, lleno de devoción y significado, recordó a todos los presentes que la verdadera esencia de la Navidad está en la reflexión, en la paz interior y en la unión con los demás. No se trata de los regalos materiales ni de las festividades externas, sino de compartir el amor, la esperanza y la luz del Niño Dios, que sigue transformando vidas en cada rincón del mundo.
Al salir del monasterio, los fieles llevaron consigo una bendición renovada y la promesa de vivir el mensaje navideño no solo en estas fechas, sino en cada día del año venidero.