
Ubicado en un entorno privilegiado y rodeado por la belleza de la quebrada Langaza, el Monasterio Trapense Santa María del Paraíso se ha convertido en un espacio de paz, espiritualidad y conexión con la naturaleza. Este monasterio no solo ofrece retiros espirituales, sino también la oportunidad de disfrutar de senderos naturales que invitan a la reflexión y el descanso. En los últimos meses, importantes cambios han transformado el lugar para hacerlo más accesible a sus visitantes, quienes buscan escapar del ruido cotidiano y sumergirse en la serenidad de este enclave.
Nuevos senderos, una invitación a la tranquilidad
El monasterio ha adecuado recientemente senderos a lo largo de la quebrada Langaza, pensando especialmente en los huéspedes que llegan para retiros espirituales. Según el padre Jesús Peñalba Carrillo, superior del monasterio, estas rutas también están abiertas a cualquier visitante que desee recorrerlas, siempre respetando las normas del lugar.
El acceso es completamente gratuito, aunque el monasterio hace un llamado a los visitantes a cuidar las instalaciones y a respetar el horario establecido, que va desde las 6:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. “Es importante que los visitantes salgan antes del cierre del portón principal, pues en el pasado hemos tenido situaciones donde personas se han quedado atrapadas y han tenido dificultades para salir”, comenta el padre Jesús, recordando que la seguridad y el orden son prioridad en el lugar.

La experiencia espiritual de las misas trapenses
Uno de los aspectos más destacados del monasterio son sus misas. Celebradas en una pequeña capilla, estas ceremonias son descritas como íntimas y profundamente espirituales. A diferencia de las misas en iglesias más grandes, aquí prima el recogimiento y la sencillez.
El horario para las misas diarias es a las 6:15 de la mañana de lunes a sábado, mientras que los domingos se celebra a las 7:45. Los cantos de la comunidad trapense, interpretados con solemnidad y devoción, son uno de los elementos que hacen de esta experiencia algo único. Sin embargo, el padre Jesús subraya que, aunque el ambiente pueda sentirse especial, la misa sigue siendo la misma en esencia que en cualquier otra iglesia católica, respetando los rituales y tradiciones de la fe.
Compromiso con la comunidad y el entorno
El monasterio no solo se enfoca en la vida espiritual, sino que también ha sido un actor clave en el desarrollo de los sectores aledaños. En el pasado, su apoyo en proyectos de riego benefició a diversas comunidades cercanas, ayudando a mejorar la productividad agrícola y la calidad de vida de los habitantes. Aunque ahora estas iniciativas están bajo la dirección de autoridades locales, el monasterio sigue siendo un referente de apoyo en momentos de necesidad.
El padre Jesús explica que, cuando las comunidades requieren ayuda, el monasterio siempre busca colaborar en la medida de lo posible. “Estamos aquí para ser parte de la comunidad, no solo como un espacio de fe, sino también como un aliado en el bienestar de las personas”, enfatiza.
Un espacio para desconectarse y reflexionar
Los huéspedes que visitan el Monasterio Trapense Santa María del Paraíso encuentran en él un lugar ideal para la introspección y el descanso. El ambiente silencioso, los paisajes naturales y la presencia constante de la espiritualidad crean una atmósfera perfecta para quienes buscan un respiro del estrés de la vida diaria.
El sendero recientemente construido, que serpentea a través de la quebrada, se ha convertido en una de las principales atracciones para quienes llegan al monasterio. Caminar por estos caminos no solo ofrece vistas impresionantes, sino también una oportunidad para meditar y reconectar con la naturaleza.
El llamado a la organización y al respeto
Uno de los temas recurrentes en la conversación con el padre Jesús es el llamado a la ciudadanía a respetar el espacio del monasterio. Aunque el lugar está abierto al público, se recuerda constantemente la importancia de cuidar las instalaciones y de actuar con responsabilidad.
Por ejemplo, el padre menciona casos en los que visitantes han permanecido en las instalaciones fuera del horario permitido, lo que ha generado inconvenientes tanto para los visitantes como para la administración del monasterio. Por ello, insiste en que el respeto mutuo es esencial para mantener este lugar como un refugio de paz para todos.
Retos y futuro del monasterio
En el horizonte del monasterio están nuevos desafíos y proyectos. Aunque no se dieron detalles específicos, el padre Jesús comentó sobre la necesidad de seguir adecuando espacios y fortaleciendo la conexión con la comunidad. Este trabajo conjunto con las autoridades locales y los habitantes de la zona es, según él, fundamental para mantener el monasterio como un lugar que no solo inspira, sino que también aporta al desarrollo social y espiritual.
Además, el monasterio está abierto a escuchar las necesidades de los visitantes y de las comunidades cercanas, buscando siempre mejorar y adaptarse a las realidades del entorno. “Estamos aquí para servir, no solo desde la fe, sino también desde el compromiso con quienes nos rodean”, concluye el padre Jesús.
Un oasis de paz en constante evolución
El Monasterio Trapense Santa María del Paraíso continúa consolidándose como un espacio único, donde la espiritualidad, la naturaleza y el compromiso comunitario convergen. Sus senderos, misas y actividades son un recordatorio de que, en un mundo acelerado, siempre hay un lugar para encontrar serenidad y renovar el espíritu.
Para quienes buscan un escape o simplemente desean experimentar la tranquilidad que este lugar ofrece, el monasterio abre sus puertas con el mensaje de que la paz y la reflexión están al alcance de todos, siempre que se camine con respeto y armonía hacia los demás y hacia la naturaleza.
