El segundo Festival del Danzante del Pueblo Kichwa Panzaleo en Salcedo se celebró con gran éxito, reafirmando el compromiso de las comunidades locales y visitantes en preservar y fortalecer sus ricas tradiciones culturales. Este evento, organizado por la Unión de Organizaciones Campesinas Indígenas de Salcedo (UORCIZCA), tuvo lugar en diversas localidades del cantón, incluyendo la emblemática plazoleta de San Francisco de Collanas.
Jorge Taco, presidente de la UORCIZCA, expresó su agradecimiento por la participación y el entusiasmo de todos los asistentes. “Estamos viviendo una fiesta milenaria”, señaló con orgullo, “este festival no solo celebra la danza, sino que también nos permite reconectar con nuestras raíces y nuestra identidad cultural”.
El festival reunió a diversas comunidades de la zona del canal, cada una mostrando su riqueza cultural a través de la danza y la música. Los asistentes pudieron disfrutar del característico sonido del tambor y el pingullo, instrumentos tradicionales que acompañan los bailes de los danzantes, “la vestimenta y los danzantes varían entre las comunidades, pero cada una mantiene su estilo único de baile”, explicó Taco, “es una oportunidad para aprender y apreciar las diferencias y similitudes entre nosotros”.
Un aspecto destacado del festival fue la celebración del Inti Raymi, una festividad que agradece a la Pachamama y al Inti Sol por las cosechas del año, este ritual, que se realizó en la plazoleta de San Francisco de Collanas, es una parte integral de la cultura Kichwa. Manuel Masakisa Jiménez, un pingullero de Pueblo Salazaca, explicó la importancia de esta tradición: “El Inti Raymi es una celebración que debemos mantener viva. Cada pueblo tiene su forma de celebrarlo, pero todos compartimos el mismo respeto y gratitud hacia la naturaleza”, Masakisa resaltó cómo esta fiesta es esencial para los pueblos andinos, ya que representa una conexión profunda con la tierra y sus ciclos naturales.
La participación de jóvenes en el festival fue un punto clave para asegurar la continuidad de estas tradiciones, Erika Liseto Nato Palomo, de la comunidad de Quilajaló, enfatizó la importancia de involucrar a las nuevas generaciones: “Es crucial que los jóvenes conozcan y valoren nuestra cultura y nuestras vestimentas para que no se pierdan con el tiempo”, añadió que eventos como este son vitales para educar a la juventud sobre sus raíces y la importancia de mantener vivas las costumbres ancestrales.
Juan Carlos Tonato, también de Quilajaló, compartió su orgullo por ser parte de esta tradición, “vestir esta ropa es un honor que ha pasado de generación en generación. Nos sentimos orgullosos de mantener viva esta cultura”, declaró, Tonato explicó que los danzantes son considerados sacerdotes de la lluvia, y vestir la ropa tradicional es un símbolo de respeto y continuidad con sus antepasados, “nosotros apoyamos la cultura y estamos muy agradecidos de que esta tradición se siga manteniendo aquí”, añadió.
El festival incluyó la participación de delegaciones de siete comunidades de otros cantones, además de cuatro comunidades locales que presentaron sus bailes autóctonos. Las actividades se desarrollaron a lo largo de varios días, culminando con un recorrido desde la puerta del municipio hasta el Calvario. Los danzantes, algunos de los cuales bailaron durante más de seis horas, demostraron su dedicación y respeto por las tradiciones ancestrales.
La celebración no solo fue un evento cultural, sino también una manifestación de unidad y resistencia, Jorge Taco resaltó que estas fiestas milenarias son una forma de fortalecer la identidad cultural y asegurar que no se pierda con el tiempo, “el propósito es fortalecer nuestra identidad cultural, que los jóvenes, las señoritas, todos vean esta fiesta milenaria y pongan que no se pierda, sino se vaya fortaleciendo año tras año”, afirmó.
El segundo Festival del Danzante del Pueblo Kichwa Panzaleo en Salcedo ha sido una exitosa reafirmación de las tradiciones y la cultura Kichwa, la comunidad de Salcedo demostró su compromiso con la preservación y fortalecimiento de su identidad cultural, mostrando que a través de la celebración y la participación activa, las costumbres ancestrales pueden mantenerse vivas para las futuras generaciones, con la participación de diversos cantones y el entusiasmo de los jóvenes, este festival promete seguir siendo un pilar fundamental de la cultura Kichwa en los años venideros.