Un nuevo llamado de atención se hizo público desde la parroquia Panzaleo, al sur de la laguna de Yambo, donde el presidente del GAD parroquial, Juan Carlos Balseca, denunció reiterados actos de contaminación provocados por personas que utilizan el lugar como botadero de basura. La indignación creció al conocerse que varios de los infractores fueron sorprendidos en flagrancia.
La contaminación de un espacio turístico
Balseca expresó su frustración por el daño ambiental que se registra en uno de los sectores turísticos más representativos de la parroquia. “Muchos turistas que visitan Yambo en bote terminan observando cúmulos de basura en la zona sur”, lamentó. Según el dirigente, al menos 15 vehículos han sido identificados arrojando desechos, 13 de los cuales pertenecen a moradores de la parroquia vecina Antonio José Holguín.

“No basta con decir que no sabían”, dijo Balseca. “La conciencia ambiental no requiere de señales visibles, basta con sentido común y respeto por la naturaleza”. Pese a los reiterados llamados, indicó que gran parte de la población no ha cambiado su comportamiento.
Acciones sin respaldo
El GAD parroquial ha emprendido acciones ciudadanas, como fotografiar las placas de los vehículos infractores y remitirlas a la Policía y al Departamento de Ambiente del Municipio de Salcedo. Sin embargo, no se ha confirmado la existencia de sanciones efectivas, pese a que desde el cabildo se aseguró haberlas aplicado. La falta de respaldo policial también preocupa. “Hemos llamado muchas veces a la Policía, pero no acuden. En ocasiones, nos hemos visto obligados a interceptar nosotros mismos a los infractores, poniendo en riesgo nuestra seguridad”, señaló.
Zonas críticas y riesgos mayores
La situación no se limita al sector de Yambo. Otras zonas, como la vía hacia Lampata, también han sido convertidas en vertederos ilegales, a pesar de limpiezas recurrentes. “En esa vía incluso se hallaron cuerpos sin vida, lo que obligó a su cierre”, denunció Balseca. Aunque cerrar caminos ha sido una solución extrema, insiste en que la clave está en educar y sancionar, no solo en clausurar.