La niñez al centro


‎En Salcedo, las instituciones y la comunidad abrieron un espacio simbólico para reconocer a los niños como sujetos de derechos.
‎Salcedo celebra la niñez con voz propia
‎Con aplausos, sonrisas y discursos cargados de emoción, el cantón Salcedo vivió una jornada que puso en el centro a su población más valiosa: los niños. La inauguración de una Casa Abierta dedicada a la niñez no fue solo un acto simbólico, sino una manifestación del compromiso social por proteger, escuchar y acompañar a quienes representan el presente y el futuro del cantón.

‎Un evento con propósito

‎Desde el inicio del acto, quedó claro que no se trataba de una ceremonia más. “Estamos aquí con un único propósito: que nuestros niños conozcan, aprendan y, sobre todo, se reconozcan como sujetos de derechos”, expresó la vocera principal del evento, al dar la bienvenida a autoridades, instituciones y familias.


‎La participación del alcalde Juan Paul Pacheco, de la vicealcaldesa Lucía Naranjo, y de representantes de instituciones como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, Dinapen, Policía Comunitaria y el Consejo de Protección de Derechos, dio fuerza al mensaje colectivo: cuidar a la niñez es una tarea de todos.

‎Escuchar a la niñez: un acto de justicia

‎Uno de los momentos más significativos fue protagonizado por un representante del Consejo Consultivo de la Niñez del cantón. Un niño, con seguridad y claridad, tomó el micrófono para hablar en nombre de sus compañeros. “Ya tenemos una voz. Y no solo es escuchada, también es tomada en cuenta”, afirmó ante la atención de todos los presentes.

‎Con una elocuencia que sorprendió a muchos, afirmó que sus inquietudes no son solo “cosas de niños”, sino ideas que marcarán la historia del cantón. “Estos actos nos demuestran que no somos invisibles, que somos importantes y que podemos contribuir de manera positiva a la sociedad”.

‎Un llamado a la acción colectiva

‎El evento no solo fue una celebración; también fue una invitación. Las palabras finales llamaron a la corresponsabilidad de todos los actores sociales en la defensa de la niñez. “Hoy no solo abrimos una Casa Abierta. Hoy nos comprometemos como sociedad a cuidar y proteger a nuestros niños”, se escuchó desde la tarima.

‎El acto cerró entre vivas y aplausos, con una frase repetida por todos: “¡Que vivan los niños!”. Y en ese eco quedó sembrada la promesa de una comunidad que ya no ve a sus niños como simples receptores de ayuda, sino como protagonistas activos de su presente.