
La transición administrativa
En el cementerio municipal se respira cambio. Desde hace una semana, Mayra López, ingeniera de profesión, ha asumido la administración de este espacio cargado de historias, memoria y olvido. En una breve entrevista, cuenta que reemplaza al anterior administrador, quien fue trasladado al camal municipal. Ella, mientras tanto, empieza a caminar entre tumbas con mirada técnica y sensibilidad social.
“Estoy en etapa de transición”, afirma, mientras explica que se encuentra revisando los documentos y el estado físico del camposanto. Aunque el cambio es reciente, su enfoque es claro: verificar a fondo el catastro, controlar pagos y devolverle al cementerio el respeto que merece.
Pagos atrasados y ordenanzas claras
Uno de los principales desafíos que enfrenta es la morosidad. “Hay que hacer una inspección física”, señala. “Debemos verificar mausoleos, tumbas, si están al día con sus pagos y si tienen usuario. La ordenanza es muy clara en ese aspecto”, advierte con firmeza. Aunque aún no puede confirmar si hay espacios disponibles, asegura que el cementerio sigue operativo, a pesar de rumores sobre su cierre.

Un cementerio que se transforma
Su plan va más allá del papeleo. Mayra quiere transformar la imagen del lugar. “Vamos a darle un cambio radical: pintura, mantenimiento y limpieza”, dice. En un entorno donde muchos arreglos han sido improvisados por los propios familiares, ella busca profesionalizar y dignificar el espacio. El ornato, confiesa, ha estado descuidado, pero lo retomará con dedicación.
Mirando hacia noviembre
Aunque noviembre parece lejano, ella ya se anticipa al Día de los Difuntos, cuando el cementerio recibe a cientos de visitantes. “Queremos que esté presentable, que las familias sientan que sus seres queridos descansan en un lugar digno”, asegura. La fachada será renovada y se implementarán mejoras que reflejen respeto por la memoria colectiva.
Seguridad garantizada
Sobre la seguridad, Mayra es enfática: “Tenemos cerco de vigilancia y guardias permanentes. La ciudadanía debe sentirse tranquila: sus familiares están bien custodiados”. Aunque el reto es grande, su compromiso es mayor. Entre lápidas y flores marchitas, empieza a escribirse una nueva historia de gestión y respeto.